Casas rurales Benicadell

Pinturas rupestres

En Beniatjar se ha señalado la existencia de algunos yacimientos arqueológicos de la edad del Bronce e Ibéricos además de pinturas rupestres en dos abrigos del Barranc de Carbonera y en la Coveta del Mig.

En el lateral derecho del barranc se abren una serie de abrigos de dimensiones variables donde se han encontrado pinturas rupestres, descubiertas por M. Pardo en 1933, y dadas a conocer por H. Breuil. Señalan la presencia de más de 70 figuras, en su mayoría deterioradas, pintadas en color oscuro y negro.

L. Pericot señala este yacimiento como perteneciente al arte esquemático, con figuras humanas, cuadrúpedos y varios motivos circulares y en zig-zag.

El abrigo inferior es el de mayores dimensiones y el que conserva el número más amplio de pinturas. Su boca, orientada hacia el este, mide 14 m de largo, de profundidad escasa y altura máxima de 12 m.

El estado de las pinturas es deficiente, en su mayoría aparecen cubiertas por capas de carbonato cálcico. Cabe destacar una representación humana semiesquemática que presenta el brazo derecho extraordinariamente desarrollado hasta alcanzar la pierna del mismo lado, un conjunto formado por dos motivos enfrentados de barras convergentes para formar un ángulo agudo, una representación antropomorfa con brazos y piernas en zig-zag (figura humana sentada), y una representación antropomorfa de tipo semiesquemático con una sola pierna.

En el abrigo superior, de dimensiones más reducidas y condiciones de habitabilidad muy escasas, sus paredes aparecen cubiertas por concreciones oscuras que pueden cubrir pinturas. Destaca en este abrigo la representación de un cuadrúpedo semiesquemático cuyo vientre está limitado por un desconchado.

Recientemente se ha mejorado el acceso y protección de las pinturas para hacerlas visitables, mediante visitas guiadas.

En la Penyeta de les Coves, situada sobre la pista forestal de Adzaneta a Les Planisses, son numerosos los abrigos abiertos a diversa altura y dimensiones. Uno de los yacimientos más destacados de los primeros asentamientos humanos en la zona es el Abric i la Coveta del Mig, un pequeño abrigo situado a 775 m de altitud, donde han podido encontrarse restos de sílex y restos de pinturas prehistóricas.

Se han encontrado dos motivos en el techo de la cueva con un estado de conservación bueno, destacando un posible pectiniforme formado por una barra central de 16 cm de largo y otras cinco perpendiculares.

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