Castillo de Carbonera
Castillo situado en la vertiente septentrional de la sierra de Benicadell en el límite de los términos de Beniatjar y Otos, concretamente entre los barrancos de la Lloma, que limitan con Otos y el Barranc de Carbonera, donde se encuentran algunas cuevas prehistóricas con pinturas rupestres anteriormente citadas. Se levanta en la cima rocosa de la Peña del Castellet, a 600 metros de altitud.
Se sitúa cerca de la pista forestal que cruza la ombría de la sierra, y por la que puede accederse, desde donde se disfruta de una formidable panorámica. Es difícil, no obstante, observarlo a distancia, ya que sus escasas ruinas se confunden con el paisaje rocoso. Levantado sobre un asentamiento anterior del Bronce valenciano como se ha comprobado por hallazgos de cerámica y molinos.
Posee un recinto de 100 x 40 metros. Los muros externos eran de 1’85 m de espesor, construidos fundamentalmente a base de mampostería, se componían de hiladas de piedra sin trabajar pero intentando que en su parte externa fueran las formas lo más suaves posibles. Los muros interiores eran de piedra más irregular mezclada con mortero y grava. La puerta de acceso estaba orientada hacia el oeste. Los mejores muros se encuentran en la parte Norte.
Fue una imponente fortificación, de gran tamaño, con más de 280 metros de muralla. Su recinto era alargado, doble y poligonal, quedando en pie varios lienzos de sus muros, en los que se alternaban torres rectangulares, alguna torre que sirvió de contrafuerte y el aljibe. Éste destaca por su tamaño, lo que nos hace pensar que podía albergar numerosos habitantes. En el interior, salvo su núcleo central, existían pocas construcciones, hecho que refuerza la teoría que servía fundamentalmente como refugio.
El topónimo de Carbonera hace alusión a la producción de carbón.
Historia:
No sabemos si se referiría a él el Penna Cadiella del poema del Cid, pero lo que es muy cierto es que en el momento de la conquista cristiana las fortificaciones utilizadas estaban en un escalón inferior al norte de la cordillera, de más fácil acceso: el castillo de Carbonera de 660 m como hito divisorio de los actuales términos de Otos y Beniatjar.
Esta fortificación de origen árabe o anterior fue conquistada y fortificada el 1092 por Rodrigo Díaz de Vivar (El Cid Campeador), después de la conquista del reino de Denia, desde donde vigilaba y controlaba los cuatro puntos cardinales; así se menciona en el Cantar de Mío Cid con el nombre de “Peña Cadiella”.
También fue el objetivo de numerosas expediciones anteriores a la Reconquista:
* En el invierno de 1096 a 1097, sitiado allí el Cid y en graves apuros, solicita el auxilio de su entonces aliado Pedro I de Aragón, que acude junto con su hermano el infante Alfonso (futuro Alfonso I el Batallador) para socorrerlo, lo cual consiguieron en la batalla de Bailén.
* Alfonso I el Batallador (1126) gracias a una expedición comandada por Gastón IV de Bearne y Rotrou III de Perche el Grande, para asegurar el paso proyectado durante la inminente expedición militar del rey de Aragón por Andalucía después de la ocupación cristiana continuó manteniendo su importancia.
* Durante la Edad Media formaba parte del complejo defensivo de Peña Cadiella, el baluarte más alto de los que coronaba el Benicadell. Fue castillo de frontera durante mucho tiempo, con guarnición permanente. Formaba parte de la red defensiva de los llamados Castillos de Penacadell, Penyacadella o Penna Cadiella (algunos identifican el Penacadell precisamente con este castillo, pero parece más probable que esta denominación se refiera a un conjunto de fortalezas que incluía el propio de Carbonera, la torre vigía de Carrícola, el de Rugat, y otros situados en la actual comarca de la Safor).
* El Castillo de la Peña Cadiella seguramente viviría días de paz bajo el dominio islámico, pero en el segundo tercio del siglo XIII aparece por las tierras del valle Jaime I, el Conquistador, quien reconquistó este Castillo (en el transcurso de las revueltas de Al-Azraq fue tomado por su lugarteniente Ibn Bassal, y sus fuerzas no pudieron ser expulsadas de la fortificación hasta 1249) después de una dura batalla para expulsar a los sarracenos, disputada en el Mont Sant de Llutxent, provocando la huida de los moros hacia Murcia y Castilla. Aparece mencionado en el “Llibre del Repartiment” en diversas ocasiones como centro de alquerías que podrían ser Bèlgida, Muntis, Benihaya, Beniatjar, Salem, Otos, i Elca.
* Tuvo su máxima importancia en el siglo XIII, cuando los diferentes castillos de la Vall d´Albaida ejercían su dominio sobre diferentes alquerías; al de Carbonera pertenecían Bèlgida, Otos, Beniatjar, Ràfol de Salem, Salem, Torralba y Missena, entre otros. En la primera contribución decretada después de la Reconquista, Jaime I le impuso un gravamen de 600 besantes.
* El castillo de Carbonera, junto al de Rugat fue otorgado el 30 de enero de 1288 a Bernat Bellvís, por el rey Alfonso, y en 1304 lo ostentaba su hijo Guillemó Bellvís. Otro documento de 7 de marzo de 1338 dice que el alcaide de Penacadell se ha quejado que muchos pastores cristianos y musulmanes se acercan excesivamente a la fortaleza a una fuente que hay cerca.
* En escritos de 1288 consta que los castillos de Carbonera (Otos-Beniatjar) y Rugat (Aielo de Rugat) se encontraban derruidos (castra nostra diruta) y se autorizaba a reconstruirlos al noble Bernat de Bellvís, almirante de las galeras de Valencia, con jurisdicción sobre los lugares (actualmente despoblados) del Muntis, Suagres, Benimeia, Rafelgep, Elca, Salem, además de Bèlgida, población que pasó a ser cabeza de la baronía y que, junto a Carbonera, formaba una parroquia ya en el s XIV.
Con la donación de estas tierras a la familia Bellvís en 1288, el castillo pasa a convertirse en propiedad feudal y empieza su abandono y deterioro ya que, pacificado el territorio, los nuevos señores preferirán las comodidades de los palacios en los núcleos urbanos del valle (el Palacio de los Bellvís se encuentra en el casco urbano de Bellús recayente su fachada principal a la Plaza de la Iglesia).
* Finalmente un documento de 4 de mayo de 1339 dice que el castillo de Carbonera junto al de Garamoixient, Rugat y Vallada estaban destruidos, estado que ha perdurado hasta la actualidad y al que ha contribuido lo remoto y agreste del paisaje.
* El año 1912, Mariano Jornet Perales, estudió detenidamente el recinto y reconstruyó el plano de la antigua fortificación basándose en los elementos que aún estaban en pie: paredones, galerías, aljibes, etc. Del estudio de este autor se desprende que el castillo en cuestión constituía una poderosa fortificación estratégicamente situada, de la que, desgraciadamente, solo quedan algunos restos.
* En la actualidad, el Castillo de Carbonera, forma parte de la Ruta del Cid, espectacular ruta de extremada belleza y singularidad que transcurre por la ombría del Benicadell y que se inicia en Beniatjar.